lunes, 10 de octubre de 2011

Desigualdad Mundial


Desigualdad mundial y regional en la distribución del gasto en educación pública


Fuente imagen: http://www.unesco.org/new/es/unesco/


La desigualdad de riqueza entre países tiene su correlato en la disparidad en el gasto en educación. Dicha disparidad está estrechamente vinculada con las importantes diferencias en oportunidades educativas a nivel mundial, reseñadas en el Capítulo 1. La relación entre la riqueza nacional y la financiación educativa tienen efectos de retroalimentación: la diferencia de riqueza nacional refleja el impacto del aprovechamiento y calidad educativos sobre el crecimiento y la productividad, y la diferencia en el aprovechamiento y calidad educativos refleja la capacidad de financiación de los países con distintos niveles de riqueza nacional.
Existen grandes brechas en el gasto por alumno entre los países desarrollados y en desarrollo.
En función del gasto por alumno, los niños de los países desarrollados y en desarrollo viven en mundos distintos. En 2006, el gasto por alumno en enseñanza primaria osciló entre 39 dólares en el Congo y 9.953 en Luxemburgo, expresados en paridad de poder adquisitivo (PPA) en dólares constantes de 2005 (Gráfico 3.3). Si bien los mecanismos de transmisión entre el gasto en educación y la calidad educativa son complejos, el bajísimo gasto absoluto en muchos países en desarrollo se ve reflejado en los pésimos resultados de aprovechamiento y en la deteriorada infraestructura escolar . Si el gasto por alumno es menor a 300 dólares a PPA por año y se destina, principalmente, a los salarios docentes, las consecuencias se notarán en las aulas: habrá techos con goteras y faltarán libros y pupitres.
El gasto público mundial en educación está sumamente desequilibrado. La disparidad en el gasto por alumno se traduce en una distribución mundial sumamente desigual del gasto público en educación (Gráficos 3.4 y 3.5). En 2004, América del Norte y Europa Occidental, por sí solos, representaban el 55% del gasto mundial en educación, pero sólo contaban con el 10% de la población comprendida entre las edades de 5 y 25 años. En el otro extremo, el África Subsahariana concentraba el 15% de la población entre 5 y 25 años, pero sólo representaba el 2% del gasto mundial; y Asia Meridional y Occidental contaban con el 28% de ese grupo etario, pero sólo representaban el 7% del gasto (IEU, 2007). En el caso de los países más pobres, un aumento  de los flujos de ayuda desempeñaría un papel importante en la reducción de la brecha en el gasto público en educación.


Fuente: Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo 2009, pág. 147

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