lunes, 14 de noviembre de 2011

Derechos culturales


¿Tienen los derechos culturales una especificidad cultural?
  

Fuente: http://www.google.com.bo/imgres?q=derechos+culturales+y+educativos

Si la cultura se entiende en el sentido más amplio, antropológico, y no simplemente como el capital cultural acumulado o el producto de los talentos y la labor de un pequeño número de creadores culturales, se puede argüir entonces que los derechos culturales en su sentido colectivo tienen una especificidad cultural, esto es, que cada grupo cultural tiene el derecho de mantener y desarrollar su propia cultura específica, sin que importe de qué manera se inserta o se relaciona con otras culturas en un contexto más amplio. Este derecho se conoce en la actualidad como derecho a la identidad cultural.

Durante el debate sobre los derechos humanos posterior a la Segunda Guerra Mundial, se sostuvo que si se aplicaba estrictamente el principio de no discriminación, todos los individuos tendrían igual acceso a todos los “bienes” en la cesta de los derechos humanos, ya se trate de derechos civiles y políticos, o de derechos económicos, sociales y culturales. No obstante, uno de los principales interrogantes en el debate sobre los derechos culturales es si esto basta realmente para garantizar el disfrute de todos esos derechos por todo el mundo.

Podría responderse que la enunciación del principio de no discriminación no es suficiente, en el marco y los procesos de las sociedades actuales, para dar a todos los individuos un igual acceso a todos los derechos humanos. Además, aun si una auténtica no discriminación fuese una realidad para todo el mundo (lo cual dista de ser el caso), esto no garantizaría forzosamente el disfrute de derechos culturales específicos.
Se podrían exponer argumentos en favor de la necesidad de elaborar procedimientos y mecanismos para la afirmación y el disfrute de los derechos culturales específicos de los pueblos. En efecto, a menos que se establezcan tales mecanismos, no se podrá garantizar que todo el mundo disfrute plenamente los derechos culturales, a pesar de los principios de igualdad y de no discriminación.
Un segundo interrogante que se deriva de lo que antecede es si la noción de derechos  individuales universales puede adecuadamente abarcar el concepto de derechos culturales, o si éstos deberían ser completados por un enfoque distinto: el de derechos colectivos o comunitarios. Hay razones convincentes para optar por este último enfoque. Los principios de no discriminación e igualdad, enunciados en la Declaración Universal y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se refieren básicamente a los derechos de los individuos. Sin embargo, cuando nos referimos a los derechos culturales, así como a varios derechos sociales y económicos, se impone a menudo un enfoque colectivo, ya que algunos de estos derechos sólo pueden ser ejercitados en comunidad, y esa comunidad debe tener la posibilidad de preservar, proteger y desarrollar su cultura común. Como se indica en el informe de Pérez de Cuéllar: “La libertad cultural es colectiva. Es el derecho del que goza un grupo a seguir o a adoptar el modo de vida que desea.”
Los beneficiarios de esos derechos pueden ser individuos, pero su contenido se esfuma si no se preservan los derechos colectivos de los grupos. Los derechos culturales se aplican a las personas que pertenecen a determinadas culturas y están formadas por ellas, que participan en una actividad colectiva, que comparten valores comunes y que sólo pueden ser portadores de esos valores comunes uniéndose a otros miembros de su propio grupo.
Este razonamiento lleva necesariamente a preguntarse qué tipo de colectividades pueden ser los sujetos lógicos de tales derechos. ¿Quiénes son los titulares de esos derechos? ¿Quiénes son los actores, en términos sociológicos, que pueden reivindicarlos y a quiénes se aplican? Se trata de una cuestión compleja, pues conduce directamente a debatir los derechos de los grupos minoritarios, los grupos culturales o los pueblos, conceptos que aparecen ocasionalmente en los instrumentos internacionales de derechos humanos, pero que rara vez se definen con precisión.

Fuente: ¿A favor o en contra de los derechos culturales?
UNESCO 2001

Ciencia


La ciencia y la actividad científica.
 Fuente: http://www.google.com.bo/imgres?q=ciencia+y+la+actividad+científica
El vocablo Ciencia es en nuestros días un término de amplio uso, tanto por la población en general como por los profesionales, lo que nos permite pensar que la mayoría de las personas tenga una idea más o menos correcta de su significado. No obstante, es conveniente precisar en los aspectos formales y de contenido que entrañan esta definición y otras conexas a ella.
En general todos concuerdan en que la Ciencia es un Sistema de conocimientos racionales y ciertos o probables sobre la naturaleza, la sociedad y el pensamiento (PRINCIPIOS, TEORÍAS, LEYES, CONCEPTOS) obtenidos como resultados de la investigación empleando el método científico y que encierra todo el desarrollo de la humanidad en un momento histórico determinado.
El método científico.
El Método Científico se define como una regularidad interna del pensamiento humano, empleada de forma consciente y planificada como un instrumento para explicar y transformar al mundo.
Un verdadero método científico de obtención de conocimiento da la dirección correcta al trabajo del investigador, le ayuda a escoger el camino más corto para el logro de auténticos conocimientos.
Con vistas a clasificar al Método Científico han surgido numerosos ejes taxonómicos, de los que abordaremos dos. El primero lo clasifica en: un método universal, métodos generales y métodos particulares. Esta clasificación parte de los límites de las áreas de aplicación de los métodos en el proceso cognitivo.

Clasificación del Método Científico

Universal
 
Se emplea en todas las esferas e la realidad y todas las etapas del proceso (Filosofía)
Materialismo Dialéctico e Histórico
Generales
Empleado por todas las ciencias pero solo en determinadas etapas
Empíricos
Observación
Medición
Experimentación 
Teóricos
Hipotético- Deductivo
Análisis y síntesis
Deducción e Inducción
Histórico y Lógico
Generalización y  Abstracción
Particulares
Empleado en una sola ciencia para investigar determinado fenómeno de la realidad
Inducción Matemática
Ensayo Clínico
Intervención Comunitaria
Etc.  
La relación entre estos tres tipos de métodos es estrecha. Así, el método dialéctico señala la orientación general del proceso cognoscitivo, revela los principios metodológicos del conocimiento[1][1][1], pero no puede sustituir, ni mucho menos, a todos los métodos particulares. Cada objeto concreto del conocimiento exige, además de la metodología general, un enfoque especial de análisis, una metodología particular de estudio y procesamiento de los datos obtenidos en el proceso de investigación.
 
Fuente: Webstats4U - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulareshttp://www.revistaciencias.com

Sociedades


Las primeras sociedades


 Fuente:  http://www.google.com.bo/imgres?q=familia
La más antigua de todas las sociedades, y la única natural, es la de la familia, aun cuando los hijos no permanecen unidos al padre sino el tiempo en que necesitan de él para conservarse. En cuanto esta necesidad cesa, el lazo natural se deshace. Una vez libres los hijos de la obediencia que deben al padre, y el padre de los cuidados que debe a los hijos, recobran todos igualmente su independencia. Si continúan unidos luego, ya no lo es naturalmente, sino voluntariamente, y la familia misma no se mantiene sino, por convención.
Esta Libertad común es una consecuencia de la naturaleza del hombre. Su primera ley es velar por su propia conservación; sus primeros cuidados son los que se debe a sí mismo; tan pronto como llega a la edad de la razón, siendo él solo juez de los medios apropiados para conservarla, adviene por ello su propio señor.
La familia es, pues, si se quiere, el primer modelo de las sociedades políticas: el jefe es la imagen del padre; el pueblo es la imagen de los hijos, y habiendo nacido todos iguales y libres, no enajenan su Libertad sino por su utilidad. Toda la diferencia consiste en que en la familia el amor del padre por sus hijos le remunera de los cuidados que les presta, y en el Estado el placer de mando sustituye a este amor que el jefe no siente por sus pueblos.
Grocio niega que todo poder humano sea Establecido en favor de los que son gobernados, y cita como ejemplo la esclavitud. Su forma más constante de razonar consiste en establecer el derecho por el hecho. Se podría emplear un método más consecuente.
Es, pues, dudoso para Grocio si el género humano pertenece a una centena de hombres o si esta centena de hombres pertenece al género humano, y en todo su libro parece incharse a la primera opinión; éste es también el sentir de Hobbes. Ved de este modo a la especie humana dividida en rebaños de ganado, cada uno de los cuales con un jefe que lo guarda para devorarlo.
Del mismo modo que un guardián es de naturaleza superior a la de su rebaño, así los pastores de hombres, que son sus jefes, son también de una naturaleza superior a la de sus pueblos. Así razonaba, según Plilon, el emperador Calígula, y sacaba, con razón, como consecuencia de tal analogía que los reyes eran dioses o que los pueblos eran bestias.
El razonamiento de Calígula se asemeja al de Hobbes y al de Grocio. Aristóteles, antes de ellos dos, había dicho también que los hombres no son naturalmente iguales, sino que unos nacen para la esclavitud y otros para la dominación.
Aristóteles tenía razón; pero tomaba el efecto por la causa: todo hombre nacido en la esclavitud nace para la esclavitud, no hay nada más cierto. Los esclavos pierden todo en sus cadenas, hasta el deseo de salir de ellas; aman su servilismo, como los compañeros de Ulises amaban su embrutecimiento; si hay, pues, esclavos por naturaleza es porque ha habido esclavos contra naturaleza. La fuerza ha hecho los primeros esclavos; su cobardía los ha perpetuado.
No he dicho nada del rey Adán ni del emperador Noé, padre de tres grandes monarcas, que se repartieron el universo como hicieron los hijos de Saturno, a quienes se ha creído reconocer en ellos. Yo espero que se me agradecerá esta moderación; porque, descendiendo directamente de uno de estos príncipes, y acaso de la rama del primogénito, ¿qué sé yo si, mediante la comprobación de títulos, no me encontraría con que era el legítimo rey del género humano? De cualquier modo que sea, no se puede disentir de que Adán no haya sido soberano del mundo, como Robinsón lo fue de su isla en tanto que único habitante, y lo que había de cómodo en el imperio de éste era que el monarca, asegurado en su trono, no tenía que temer rebelión ni guerras, ni a conspiraciones.

Fuente: Jean – Jacques Rousseau – El contrato social.

Consultorio del Alma


Consultorio del Alma
“Soñadora Frustrada”
 Fuente:http://www.google.com.bo/imgres?q=chica+frustrada

Hermano Juan, soy una joven soltera de veinte años. Nací en un hogar evangélica. Siendo muy tímida y apocada, fui creando en mi una terrible situación, creyéndome una persona anormal. También soy muy soñadora y mi sueño dorado era estudiar. Crecí y hace tres años acepté a Cristo como mi Salvador. Soy miembro de una iglesia de doctrina muy bíblica; pero allí está el problema.
Al ver mis sueños fracasados, la injusticia humana y social que ahora tengo en mi casa, me siento amargada, decepcionada y sin motivo en la vida. Entonces pienso: ¿Cómo es posible que yo que digo conocer a Cristo siento eso? ¿Cómo podré hablarle al mundo de la paz de Cristo si no la tengo?. Siento que necesito más de Dios, conocerlo más a fondo. Le he pedido a El que me ayude pero no he obtenido respuesta. El sabe que deseo que esa escena del Calvario sea real en mí. Necesito una experiencia capaz de llenar mi vida y vivir por Jesucristo.
¿Qué me dice Usted? ¿No seré convertida? ¿Seré sólo convencida?. Esto me atormenta mucho, porque si es así, el Señor puede ayudarme o si no, ¿Por qué no lo hará?.
Noto en su carta que cuando aceptó al Señor Jesucristo lo hizo con sinceridad, ya que muchas de las personas que nacen en hogares cristianos piensan que por el hecho de tener familiares o padres cristianos les da derecho a ser “nietos” de Dios.
Aunque usted no lo expresa claramente, puedo notar que una de las causas que motivan su tristeza es el de tener impedimentos para seguir estudiando. Usted es joven y con grandes inquietudes, por lo tanto es bueno que establezca metas grandes. No se sienta frustrada por los problemas que hasta hoy ha tenido.
Viva el presente y proyéctese al futuro. Si se le ha hecho imposible estudiar, dígaselo al Señor en oración y luego descanse en El. Infórmese en qué centro educativo le será conveniente estudiar. Conozca a muchas personas que después de haber vencido grandes obstáculos, han logrado algún título e incluso han dedicado sus estudios para honra y gloria del Señor.
Al leer su carta puedo darme cuenta de que usted es una persona inteligente y si pone su confianza en el Señor, si se deleita en El, Dios hará grandes cosas en su vida.
La segunda causa y por supuesto la más decisiva, es su decaimiento al cual tiene que sobreponerse.
¡En el nombre del Señor, levante ese ánimo ahora mismo!..
Fuente: Consultorio del alma por Juan Bueno.