La psicología clásica concebía la inteligencia
bien como una facultad dada de una vez para siempre y susceptible de conocer lo
real, bien como un sistema de asociaciones mecánicamente adquiridas bajo la
presión, de las cosas. De aquí, la importancia que la pedagoga antigua concedía
a la receptividad y al bagaje memorístico. Hoy, por el contrario, la psicología
más experimental reconoce la existencia de una inteligencia que está por encima
de las asociaciones y le atribuye una verdadera actividad y no exclusivamente
la facultad de saber.
El
estudio del nacimiento de la inteligencia durante el primer año parece indicar
que el funcionamiento intelectual no procede por tanteos ni tampoco por una
estructuración puramente endógena, sino mediante una actividad estructurante
que implica formas elaboradas por el sujeto a la vez que un ajuste perpetuo de
esas formas a los datos de la experiencia. Dicho de otra manera: la
inteligencia es la adaptación por excelencia, el equilibrio entre una
asimilación continua de las cosas a la propia actividad y la acomodación de
esos esquemas asimiladores a lo precisamente por esto, en el plano de la
inteligencia práctica, el niño sólo comprende los fenómenos (por ejemplo, las
relaciones especiales, causases, etc.) asimilándolos a su actividad motriz,
pero al mismo tiempo acomoda esos esquemas de asimilación a los detalles de los
hechos exteriores.Igualmente, los
estratos inferiores del pensamiento del niño muestran una constante asimilación
de las cosas a la acción del sujeto, junto a una, acomodación no menos
sistemática de estos esquemas a la experiencia. Después, a medida que la
asimilación va progresivamente combinándose con la acomodación, la primera se
reduce a la actividad deductivo, la segunda a la experimentación, y la unión de
ambas se convierte en la relación indisociable entre deducción y experiencia,
relación que caracteriza a la razón. (Psicología y Pedagogía, Jean Piaget).
Las personas aprendemos desde el momento
en que nacemos, a medida que la persona va pasando por las distintas etapas de
desarrollo; va adquiriendo infinidad de conocimientos desde los más sencillos
hasta los más complejos, así como conocimientos empíricos, conocimientos
científicos, este termina cuando la persona muere.
El período que va del nacimiento a la adquisición del
lenguaje está marcado por un desarrollo mental
extraordinario. Se ignora a veces su importancia, ya que no va
acompañado de palabras que permitan
seguir paso a paso el progreso de la inteligencia y de los sentimientos.
Con la aparición del lenguaje, las conductas resultan
profundamente modificadas, tanto en su
aspecto afectivo como en su aspecto intelectual. Además de todas las
acciones reales o materiales que sigue
siendo capaz de realizar como durante el período anterior, el niño adquiere,
gracias al lenguaje, la capacidad de
reconstruir sus acciones pasadas en forma de relato y de anticipar sus acciones futuras mediante la representación
verbal.
El lenguaje, ante todo, dado que permite al sujeto el
relato de sus actos, le procura a la vez
el poder de reconstruir el pasado, y por consiguiente de evocarlo en ausencia
de los objetos a que se referían las
conductas anteriores, y el de anticipar los actos futuros, aún no ejecutados, hasta sustituirlos a veces por la
sola palabra, sin jamás realizarlos este
es el punto de partida del pensamiento. (Seis Estudios
de Psicología, Jean Piaget).
La verdad, en nuestras sociedades la profesión de educador
no ha alcanzado aún el status normal al que tiene derecho en la escala de
valores intelectuales. Un abogado, incluso si no tiene un excepcional talento,
debe su consideración a una disciplina respetada y respetable como es el
derecho y cuyo prestigio corresponde a cuadros universitarios bien definidos.
Un médico, aun cuando no haya curado a nadie, representa una ciencia
consagrada, difícil de adquirir. Un ingeniero representa, como el médico, una
ciencia y una técnica. Un profesor de universidad representa la ciencia que
enseña y que se esfuerza en hacer progresar. Por el contrario, al maestro de
escuela le falta un prestigio intelectual comparable, y eso a causa de una
serie extraordinaria de circunstancias bastante inquietantes.
La causa general de esto es que el maestro de escuela no es
considerado por los demás ni, lo que es peor, por sí mismo, como un
especialista desde el doble punto de vista de las técnicas y de la creación
científica, sino como el simple transmisor de un saber al alcance de todo el
mundo. En otras palabras: se considera que un buen maestro enseña lo que se
espera de él, ya que está en posesión de una cultura general elemental y de
algunas recetas aprendidas que le permiten inculcarla en el espíritu de los
alumnos.
Con este simple razonamiento se olvida que la enseñanza en todas sus
formas implica tres problemas centrales cuya solución está lejos de ser
conocida y sobre los que hay que preguntarse, además, cómo serán resueltos si
no es con la colaboración de los maestros o, al menos, de una parte de ellos:
1.¿Cuál es el
fin de esta enseñanza? ¿Acumular conocimientos útiles (y útiles ¿en qué
sentido?)? ¿Aprender a aprender? ¿Aprender a innovar, a producir algo nuevo en
cualquier campo, tanto como a saber? ¿Aprender a controlar, a verificar o
simplemente a repetir? Etc.
2.Una vez escogidos estos fines hay que determinar después cuáles son las
ramas necesarias, indiferentes o contraindicadas, para alcanzarlos: ramas de
cultura, de razonamiento y, especialmente, ramas de experimentación, formadoras
de un espíritu de exploración y control activo.
3.Cuando se han escogido estas ramas es
necesario, finalmente, conocer las leyes de desarrollo mental para encontrar
los métodos más adecuados al tipo de formación educativa deseada.
El primero de los obstáculos consiste en que ante la ignorancia de la
complejidad de estos problemas, el público no sabe que la pedagogía es una
ciencia entre otras e incluso muy difícil, dada la complejidad de los factores
en juego. Cuando la medicina aplica la biología y la psicología general a los
problemas de la curación de las enfermedades no vacila sobre los fines a
conseguir y utiliza ciencias ya avanzadas con las que colabora para la
edificación de disciplinas intermedias (psicología humana, patología,
farmacodinámica, etc.). Por el contrario, cuando la pedagogía intenta aplicar
los datos de la psicología y la sociología se encuentra ante enrevesados
problemas tanto en los fines como en los medios, recibe sólo ayudas modestas de
sus ciencias precursoras, por la falta de un adelanto suficiente de estas
disciplinas, y esto le dificulta la constitución de su cuerpo de conocimientos
específicos (una psicología pedagógica que no es una simple psicología infantil
aplicada deductivamente, una didáctica experimental, etc.).
En segundo lugar, el maestro de escuela debe atenerse a un programa y
aplicar métodos que le son dictados por el Estado, mientras que el médico, por
ejemplo, depende más de su Facultad o de su Colegio profesional que del
ministerio de Higiene o de Sanidad.
Indudablemente, los ministerios de Educación están formados en su
mayoría por educadores, pero educadores que administran y no disponen de tiempo
que dedicar a la investigación.
En tercer lugar, si se compara las sociedades pedagógicas con
sociedades médicas o jurídicas, con sociedades de ingenieros o arquitectos,
etc., es decir, con las múltiples sociedades profesionales en que los
representantes de una misma disciplina “aplicada”, por oposición a las llamadas
ciencias puras, se dedican a estudios en común e intercambian sus
descubrimientos, uno ha de quedar sorprendido ante la falta habitual de
dinamismo científico de las corporaciones de educadores, especializadas a
menudo en la discusión de problemas exclusivamente sindicales.
En cuarto lugar, y aquí radica lo esencial, aún existen numerosos
países en que la preparación de los maestros no guarda relación con las
facultades universitarias: únicamente los maestros de enseñanza secundaria se
forman en la universidad, pero casi exclusivamente desde el punto de vista de
las materias a enseñar y con una preparación pedagógica nula o reducida al
mínimo; por su parte, los maestros de enseñanza primaria se preparan en
escuelas normales sin relación directa con la investigación universitaria. (Psicología
y Pedagogía, Jean Piaget)
lunes, 12 de septiembre de 2011
Nuevas TICS
La educación ha sido la que más
se ha beneficiado en el uso de las nuevas tecnologías, especialmente a la web
2.0. Por eso es necesario y fundamental conocer y aprovechar todo lo
relacionado a las nuevas tecnologías.
Lo más importante es que nos
cooperan a la hora de simplificar más el tiempo. No es solamente un medio si no
un espacio virtual, el cual aporta en gran manera el proceso de enseñanza –
aprendizaje.
Este espacio virtual está abierto para todo tipo de
público, para cualquier edad. Lo más importante es reconocer que aporta en gran
manera a nuestro espacio laboral.
La alfabetización es una
habilidad básica que se logra de una vez y para siempre. Pero no se trata de
solo aprender una sola vez, si no que este tiene que ser continuo, frecuente,
de acuerdo a los nuevos desafíos o exigencias de seguir aprendiendo a leer y a
escribir.
Es importante reconocer que la
lectura y escritura son necesarias para aprender a pensar críticamente dentro
de los marcos conceptuales de cada
disciplina.
A través de la lectura y
escritura podemos producir e interpretar textos especializados, de acuerdo a
las exigencias del medio.
¡La alfabetización mejora
enormemente el desarrollo de un País!
Existen desigualdades económicas
en distintos países de América, la pobreza se entremezclan con las
problemáticas migratorias de cada país, que buscan mejorar la calidad de vida
de cada familia.
Debido a los problemas económicos
que presentan distintas familias se puede notar un aumento del abandono escolar
de niños y adolescentes; que tienen que dedicarse a ayudar a sus padres para
así poder sobrevivir, ya que muchas veces estas familias son numerosas.
Es difícil para algunos países
poder superar este problema económico en el sector educativo, lo que obliga a
muchas familias buscar un nuevo camino o rumbo, donde se le presenten mejores
oportunidades de trabajo, para brindar o mejorar la educación de sus hijos.
El analfabetismo tiene su origen
social en la pobreza, se nota o se ve en contextos de extrema pobreza. Si nos
ponemos al caso de analizar y buscar un porcentaje aproximado en las zonas
rurales de algunos países el analfabetismo se nota en un 19%.
Se podría decir que el
analfabetismos es en general bajo, existen desigualdades internas y se pueden
observar en el interior de los países de América con escenarios distintos.